(El presente texto es un fragmento de los apuntes de Visakha didi tomados durante los hermosos Hari-katha de Sríla Bhaktivedanta Narayan Gosvami Maharaj)
La misericordia de Gurudeva no tiene causa y es sumamente poderosa. Por su misericordia podemos alcanzar nuestro destino más elevado, nuestro deseo más profundo. Es incluso por su misericordia que podemos tener ese deseo. Ye prasade pure sarva asa... nuestras esperanzas más profundas. Un día estaré en Vrindavan bajo la tutela de mi guru. Entonces ella será mi amiga del alma; mi shaki. Solo podemos tener ese deseo porque es el deseo que él tiene para nosotros.
Diksa significa que la misericordia de gurudeva queda plantada en el corazón. ¿Y cuáles son sus efectos? Narottama dasa Thakura lo explica en el tercer verso. Caksu dana dila jei. Dana, un gran regalo viene a mí. No estoy cualificado para ello; es su misericordia. Él me está revelando algo. Caksu no se refiere a una visión ordinaria, sino a una revelación en lo más profundo del corazón.
Todas las jivas están llenas de avidya, ignorancia. Visvanatha Cakravarti Thakura dice que hay varias clases de avidya. Primero es un profundo sueño. Nuestros ojos están fuertemente cerrados y no podemos ver ninguna luz. Además estamos totalmente cubiertos por una gruesa manta y nos hallamos dentro de una cueva oscura y profunda. Es imposible que nos llegue alguna luz. Y no solo eso. En la entrada de la cueva hemos colocado una inmensa piedra que la bloquea por completo. Así se encuentra la jiva. No me doy cuenta de que soy una jiva hermosísima, sirviente de Srimati Radhika. Hay distintas clases de avidya: pienso que debo ser este cuerpo, y ese pensamiento me lleva a apegarme al cuerpo, la mente y los sentidos. Pienso que no soy feliz pero que todo el mundo es feliz. Otra clase de avidya. La jiva se engaña a sí misma ; ‘Soy feliz. Y si no lo soy es porque no lo intento lo suficiente, de modo que debo trabajar más duro para poder saborear este mundo’. Gurudeva nos da caksu dana; nos abre los ojos. Él sitúa a Radha y Krsna en los corazones de sus discípulos y corta ese avidya de raíz. ¿No sabes quién eres? Yo te lo diré. Eres la dulce y hermosa amada de Radha y Krsna. Eso es diksa. Gurudeva se sitúa en la oscuridad de esa cueva y se dirige a ese lugar, el corazón, que está cubierto por mantas. Allí nos econtramos dormidos y él nos despierta dándonos primero un nombre. ‘Eh, tú eres Krsna Priya (u otro nombre), no ese cuerpo y esa mente.’ Y nos recuerda que somos sirvientes de Sri Radha y Krsna en Vrindavan. Lleva una lámpara con él, pero nosotros hemos estado dormidos durante tanto tiempo que no puede darnos todo, porque nos cegaría. Nos da una luz: jñana; no vijñana, realización, aún. Poco a poco los ojos se van acostumbrando y las cortinas se van abriendo. ¿Cómo? Mediante el mantra.
Había una devota que sentía que no tenía una relación con gurudeva, y un día se lo hizo saber. Él le respondió: ‘¿Sabes lo que ocurrió cuando te di diksa? Me entregué a ti. Te di mi corazón. Y no solo mi corazón; te di a mi istadeva, a mi Srimati Radhika y a Su amado Krsna. Y también te di a mi Gaura-Nityananda en Navadvipa dhama. Te di la amistad de todos los asociados de Mahaprabhu. Puse mi Vrindavan, mi propio kunja, en tu corazón, y yo mismo entré en ese kunja. Te di mi amor y afecto por Srimati Radhika y Syamasundara. Si cantas esos mantras profundamente sabiendo lo que te he dado, no pensarás más si tienes o no una relación con tu guru. El mantra lo revelará todo. Estos mantras son así de poderosos.’
Gurudeva dijo en una ocasión: ‘No debes pensar nunca que la puerta de mi habitación está cerrada. Si la ves cerrada significa que tu corazón está cerrado; no mi puerta. Te he dado dos puertas: guru mantra y guru gayatri. Si te refugias en esos mantras, inmediatamente las puertas se abrirán. Con el mantra desaparecen todos los obstáculos. El único obstáculo es si creemos en esto o no. Mediante el guru mantra se abren las puertas de tu corazón y también las del corazón de gurudeva. Y hay un encuentro. No lo dudéis. No tengáis ninguna duda acerca de este mantra. Él nos ha dado a Radha y Krsna. Cuando lo cantamos le manifestamos nuestra confianza y nuestra fe en él. Cuando dudamos estamos creando problemas para nosotros mismos y estamos retrasando la misericordia de gurudeva.
En una ocasión le pregunté: ¿Cómo debemos recordarle cuando cantamos su mantra? Él respondió: ‘Al comienzo debes recordar el modo en que tu gurudeva te dio el mantra. Recuerda la escena, cómo te miraba y cómo llegó a ti la misericordia. No olvides nunca esa escena. Cuando vayas a cantar, cierra los ojos y ve al lugar donde recibiste el mantra. Las puertas de Gurudeva se abren y le ves a él allí sentado. Entonces te colocas a sus pies. Él canta su guru mantra y tú lo cantas con él. Si haces esto, después de un tiempo tu gurudeva hablará a tu corazón y a tu mente. Te dirá lo que ocurre en su corazón cuando canta el guru mantra. Te revelará sus sentimientos. Lo que no puede decir con palabras lo expresará por medio del mantra en esta forma secreta. Y todo lo que hay en su corazón cuando canta el guru mantra pasará a tu corazón. Después de esto mantén los ojos cerrados e imagina que él abre sus ojos y te habla. ‘¿Cómo te encuentras hoy?’
En cierta ocasión, en Vrindavan, intenté llevar esta fórmula a la práctica. Después de cantar mis mantras, imaginé que abría los ojos, miraba a Gurudeva y él me hablaba. Me preguntaba ‘¿cómo estás?’ y yo le respondía ‘estoy bien’. Poco después, un grupo de devotos y yo fuimos a encontrarnos con Gurudeva. Él saludo a todos los demás y a mí no, y aquello me entristeció. Entendiendo mis sentimientos, él se volvió hacia mí y me dijo: ‘¿Por qué estás triste? ¡Si ya hablé contigo esta mañana! Te pregunté cómo estabas y tú me respondiste que bien...’
Tened fe en esto. Es real. Podéis estar de este modo con Gurudeva. Por eso nos dio el mantra. Podemos estar con él constantemente y todo lo que hay en su corazón con el tiempo pasará a nuestro corazón. Si tenéis fe, este regalo de realización trascendental se manifestará en vuestro corazón. Porque eres su discípulo, lo que hay en su corazón pasará al tuyo. Hay sanga entre tú y él. Tu riachuelo se une a su río. Puedo ir adonde él esta por medio del mantra. Janme janme, vida tras vida mi corazón será de esta persona. Lloraré solo por él, no tendré ningún otro prabhu. Y en la otra vida él también estará allí enseñándome. Él sabe cómo dar ananda a Radha y Krsna. Será mi amiga del alma y me enseñará.
Narottama dasa Thakura dice que esta ignorancia o avidya solo desaparecerá cuando entre prema en el corazón. En este mundo es casi imposible estar completamente puro y limpio por dentro. A cada paso y con cada respiración nos asalta el pecado. Pero cuando sale el sol del prema por la misericordia de gurudeva, toda la ignorancia desaparece y nos llega la cualificación. No debemos nunca pensar: ‘Oh, yo no soy digno; no estoy cualificado, es imposible que el amor pueda venir a mí.’ Gurudeva nos cualifica por medio de divya jñana hrde prakasito. Es algo increíble. Un milagro. ¿Quién es esa persona que puede hacer eso en mi corazón? Debe ser alguien extraordinario. ‘Veda gaya jahara carito’ todos los Vedas, el aliento mismo de Krsna, hablan de las glorias de esa persona. ¿Por qué? Nosotros nos estamos pudriendo en este mundo. No tenemos ninguna posibilidad y por nuestros propios esfuerzos no podemos salir de aquí. Esta es la gloria del guru. El propio Krsna como Caitanya Mahaprabhu aceptó a un guru. Tan grande es, que el propio Krsna toma sus pies de loto. ¡Qué persona tan extraordinaria!, dicen los Vedas. Sri guru karuna sindu, un océano de misericordia. Pero no cualquier océano, sino un océano sin límites; sin fondo y sin orillas. Y ni siquiera hay que acercarse a la orilla de ese océano; solo con que su brisa toque nuestras vidas, estas cambiarán para siempre.
Este mundo es como un desierto abrasador, pero en ese desierto hay muchas semillas esperando, y cuando llega la lluvia, en un día o dos ese desierto se convierte en un jardín. Así es la misericordia de gurudeva. Su hari-katha es como la lluvia de misericordia. Hay dos clases de océanos, dice Gurudeva, un océano de sufrimiento y un océano de néctar. No bebas del océano de sufrimiento. Bebe el néctar y todo tu sufrimiento desaparecerá. Narottama dasa Thakura dice que él no quería saborear el néctar, pero Sanatana Gosvami le obligó a hacerlo. Así es el guru. Si no tenemos inteligencia, él nos hará beber a la fuerza. Aunque no la pidamos, la misericordia nos llega. Lokanata, tú viniste a este lugar podrido para darnos esto. Lokera jivana. Estamos muertos. Ha ha prabhu. Mírame. Esta es mi condición. Así de necio soy. Dame algo de sombra. Yo no puedo ayudarme a mí mismo. Por favor, dame tu refugio. Si no me proteges, me lanzaré en el fuego.
La misericordia de Gurudeva está viniendo constantemente. Es como una lluvia. No pongas ningún paraguas pensando ‘no soy digno; no estoy cualificado’... No pongas ese obstáculo entre tú y la dulce misericordia de tu gurudeva. Ten un nista fuerte en tu guru, y lo que hay en su corazón pasará al tuyo. Él ha dicho: ‘¿Por qué estás triste? ¿Por qué no vienes a Vrindavan y sirves a Radha y Krsna como una manjari?’ ¿Por qué nos dice esto? ¿Nos está tomando el pelo? Lo que nos dice es cierto, porque cuando nos da esa esperanza también nos está dando la cualificación necesaria.
No debemos desesperar; eso es otra clase de ofensa. Gurudeva dice: ‘Tengo un mapa del tesoro que me dio Srila Rupa Gosvami, y en ese mapa está descrito el camino hacia el amor puro por Radha y Krsna.’ No podemos coger el mapa y meterlo en el bolsillo. Debemos estudiarlo y seguirlo. Él nos está dando toda su misericordia y su ayuda, de modo que nosotros también debemos hacer algo. Decir que no estamos cualificados significa decir que no vamos a hacer lo que gurudeva nos dice. Sus instrucciones deben formar una totalidad con nuestro corazón. Respiro porque mi gurudeva me ha dado esta vida para hacer bhajana. Su instrucción para mí es el sentido de mi vida. Citete korija aikya: lo que tú me has dicho, gurudeva, será mi vida y mi alma. Así es el verdadero discípulo. Él nos ha dado la esperanza de Vrindavan, y esa esperanza es poderosísima. Sin ella sería imposible hacer bhakti. Nosotros no podríamos empezar ni siquiera a cantar si en nuestro corazón no hubiera al menos una pequeña esperanza de que un día surgirá el bhakti. Su esperanza nos cualifica. Su amor por nosotros es tan grande, que sri guru carane rati, muy pronto surgirá en nosotros un fuerte apego por él. Gradualmente comprenderemos lo que gurudeva quiere para nosotros, y entonces nos sentiremos tan endeudados que querremos conservar hasta el más ligero aliento para servirle. No querremos perder ni un segundo. Querremos darle todo. Este rati, ei se uttama gati... es el camino para la perfección más elevada. Este profundo apego por gurudeva y el sentimiento de separación de él eliminará los obstáculos de nuestro corazón y nos conducirá a Vrindavan.