(El presente texto es un fragmento de los apuntes de Visakha didi tomados durante los hermosos Hari-katha de Sríla Bhaktivedanta Narayan Gosvami Maharaj)
Os voy a contar algo que me ocurrió la primera vez que Gurudeva vino a Occidente en 1996.
Antes de la clase, los devotos se pusieron a cantar bhajanas. Mientras uno cantaba, otro tocaba la mrdanga. El devoto de la mrdanga no llevaba bien el ritmo, y eso hacía que resultara muy difícil para todos seguir el canto. Se veía que el que lideraba el canto lo estaba pasando muy mal porque se confundía con el sonido de la mrdanga. Yo estaba sentada allí, junto a Gurudeva, pensando: ‘Esto es horrible’. Y entonces se me ocurrió mirar al devoto de la mrdanga, no en plan crítico, sino como diciendo: ‘¿Qué estás haciendo?’ Gurudeva vio mi mirada, y entonces dijo: ‘Tócala tú’. Yo no sé tocar la mrdanga. Él hizo que el devoto se detuviera y me hizo tocar a mí. Solo porque vio mi mirada; algo muy pequeño. Fue una de las peores experiencias de mi vida. ¿Por qué hizo eso? No para hacer que me sintiera mal ni solo para avergonzarme, sino para detener una tendencia en mí terriblemente peligrosa. Tanto, que puede incluso destruir el bhakti. El bhakti es tan trascendental y poderoso, que puede llegar a derretir el más duro de los corazones, pero aunque es fuerte como un león y no teme a ningún anartha, existe algo que sí lo ahuyenta: la crítica a los demás.
Finalmente se trata de vaisnava aparadha, y el vaisnava aparadha empieza con una pequeñísima tendencia a critiar a otros. Aunque no sean vaisnavas. Gurudeva dice: No critiques ni a las hormigas. Puede que veas hormigas y pienses ‘oh, hormiga, seguro que vas a buscar algún dulce. Eres muy golosa y solo piensas en comer dulces...’ Si permitimos que nuestra mente y nuestro corazón vayan buscando faltas en los demás, esa tendencia se hará cada vez más fuerte; como cuando ejercitamos cualquier músculo.
Cuando criticas a un vaisnava y tienes la fortuna de que Bhakti Devi está asomándose a tu corazón, ella huirá de allí. Lo pierdes todo. Es un asunto muy grave. De hecho, es el problema más serio que tenemos los devotos. Gurudeva dice muchas veces: ‘Puede que haya muchos anarthas, problemas, deseos materiales y muchas otras cosas negativas en nuestro corazón, pero todo eso puede ser eliminado fácilmente incluso mediante nama abhasa. Por la misericordia de gurudeva, vaisnava sanga y por la potencia del bhakti, toda clase de cosas malas desaparecen del corazón. Pero no se puede hacer nada cuando hay vaisnava aparadha.
En Navadvipa, el día antes de Gaura purnima, Gurudeva nos llevó al lugar de aparición de Sriman Mahaprabhu. Estábamos sentados en el patio de Madre Saci, donde Mahaprabhu había jugado de niño, y Gurudeva lideraba un hermosísimo kirtana. Todos nos sentíamos sumamente felices. Entonces él dijo: ‘Sé que Navadvipa Dhama es tan misericordioso, que a los que han participado en este kirtana les va a llegar Krsna prema. Está yendo hacia ellos. Pero hay una cosa. No debéis nunca hacer vaisnava aparadha ni criticar a otros. De otro modo, todo se perderá. Solo liberaos de esa única cosa, y cualquier otro anartha que tengáis se irá. Los vaisnavas pueden ayudaros, Gurudeva y harinama pueden hacer cualquier cosa, pero no se puede hacer nada frente al vaisnava aparadha.
¿Por qué es esto tan terriblemente malo? Gurudeva explicó un día el efecto del vaisnava aparadha. Dijo que cuando alguien intenta dejar atrás su ego y ser humilde, no es fácil. El ego es muy fuerte y no es nada fácil tragarse la ira en muchos momentos. Pero Krsna ve a ese devoto que está haciendo un gran esfuerzo por controlarse, y entonces Él carga sobre Sí mismo las ofensas. Cuando alguien ofende a una persona, aunque no se trate de ningún devoto puro, sino alguien que está luchando e intentando ser humilde y no sentirse ofendido, el propio Krsna en la forma del santo nombre toma esa ofensa. Aunque se trate de un devoto muy nuevo. Gurudeva nos ha dado el santo nombre de Krsna y Krsna está con nosotros y ha tomado nuestra causa. Y será Él quien tome la ofensa. Por eso es tan devastador hacer vaisnava aparadha.
¿Y cuál es el efecto de cometer esa ofensa? El gusto por el canto irá disminuyendo. Si hay dificultad en el canto; si no hay sabor o deseo de cantar, puede que sea por ese motivo. Aunque se trate de cosas pequeñas y pensemos que no importan, sí le importan a Krsna. Incluso si los vaisnavas a los que hayamos podido ofender no se han dado cuenta siquiera, Krsna sí se da cuenta, y como consecuencia el santo nombre empieza a ocultarse de nosotros. Y cuando nuestro deseo por cantar disminuye, disminuye también todo lo demás y encontraremos un montón de buenas razones para no seguir con nuestras prácticas. Ese es el efecto de las ofensas.
Y entre amigos muy unidos suele darse esto con más facilidad. Cuando no tienes mucha amistad con alguien eres más cuidadoso y educado, pero cuando te unes mucho a una persona es más fácil cometer ofensas. Y la ofensa no es menos grave porque ese vaisnava no sea en tu opinión un devoto puro.
En una ocasión alguien se dirigió a Gurudeva y se puso muy crítico con unos discípulos de Srila Prabhupada porque criticaban a Gurudeva. Gurudeva le dijo ‘Detente. ¿Qué haces? No digas esas cosas.’ ‘Pero, ¿cómo puede ser una ofensa?’, protesto él. ‘Ellos le están ofendiendo a usted. Son ellos los que cometen aparadha; no son devotos y por lo tanto yo no estoy haciendo ofensas.’ Gurudeva respondió: ‘Esa idea es muy peligrosa. Según tu criterio tú decides quién es devoto y quién no, y por lo tanto piensas que puedes ofenderlos. Abandona esa idea. No critiques a nadie. No juzgues ni valores a nadie. Habrá un efecto y llegará muy pronto. Y parte de ese efecto será que cada vez te resultará más fácil criticar a toros, y si los criticas a ellos pronto empezarás a criticarme a mí también.’ Ese hermano espiritual dijo: ‘Eso es imposible, Gurudeva. Usted lo es todo para mí. ‘ Pero lo que ocurrió fue que siguió criticando a aquellas personas, y un día me dijo: ‘Si esos discípulos de Prabhupada se comportan de ese modo no es en el fondo culpa suya, sino de Srila Prabhupada. ¿Por qué los inició? ¿Por qué les dio sannyasa? ¿Por qué no los entrenó bien?’ Empezó a criticar a Prabhupada. Y después de eso añadió: ‘¿Por qué es tan bueno con ellos Gurudeva? ¿Por qué les da tanta misericordia? ¿Acaso no sabe quiénes son?...’ estaba criticando también a Gurudeva, tal como él dijo que haría.
Gurudeva dijo en una ocasión: ‘Debemos saber que todos los vaisnavas son espejos para nosotros. Si vemos cualquier defecto en ellos como ‘ese es muy codicioso’ debemos pensar: ‘Oh, Krsna está poniendo un espejo delante mío. Soy codicioso y ese vaisnava con mucha bondad y misericordia está sosteniendo ese espejo ante mí para que yo pueda ver ese fallo. Oh, Krsna, bendícelo. Intentaré mirar en mi corazón.’ Ese es el modo de proteger nuestro bhakti. De otro modo es seguro que tendremos problemas con nuestro bhakti y no sabremos por qué. La falta de deseo, la confusión, etc. surgen de las ofensas.
Caitanya Mahaprabhu y también nuestros acaryas nos dejaron a un guardían muy poderoso contra ese hábito, y es la etiqueta vaisnava; el modo en que debemos comportarnos con los vaisnavas. Si no podemos tener siempre con ellos un afecto amoroso, al menos podemos comportarnos dentro de los límites de la etiqueta vaisnava. Eso nos protegerá. La etiqueta vaisnava no está ahí solo para hacernos la vida difícil, sino para protegernos. Se nos dice que debemos ser muy cuidadosos y respetuosos entre nosotros. De ese modo no tendremos grandes problemas en nuestra vida espiritual y en el futuro no tendremos que preguntarnos de dónde vienen esos problemas. De otro modo pensaremos: ‘Yo solía ser tan feliz cantando. ¿Qué ocurrió?’ Ese tierno brote del bhakti estará protegido si vivimos entre nosotros pacíficamente y nos tratamos con dulzura y respeto. Si me doy cuenta de un fallo en otros, intentaré no ver ese fallo ni hablar de él. Es bueno que sepa lo que Caitanya Mahaprabhu estableció como etiqueta y me pregunte ‘¿cómo le gusta a Gurudeva que me comporte? ¿Qué le hace feliz? ¿Cómo puedo complacerle?’ De ese modo estaremos protegidos y el afecto de Gurudeva hacia nosotros no tendrá límite. Confiará en nosotros y se sentirá orgulloso de nosotros, y eso nos dará fuerzas y nos llenará de satisfacción.
Puede que este asunto sea el más importante de nuestra vida espiritual. No ofendas nunca a nadie. No hieras el corazón de nadie. No sabes los efectos que eso tendrá en tu propio corazón, pero es seguro que detendrá tu progreso.
Una hermana espiritual fue una vez ante Gurudeva con una gran queja. ‘He estado en Jagannatha Puri, en su matha, y visto que estaba muy mal dirigido.’ Y se puso a explicar con toda clase de detalles todos los fallos del que dirigía el matha. Hasta había hecho una lista. Gurudeva escuchó pacientemente las críticas, y luego dijo: ‘Ok; has visto todos esos fallos y veo que eres muy experta. Creo que deberías ir tú a dirigirlo. Ve y hazlo tú mejor.’
A veces Gurudeva tiene que regañar a la gente, y eso también es muy beneficioso. Premananda prabhu contó una vez una historia sobre la potencia del castigo. Estaba hablando del lila de Damodara y decía que cuando los dos hijos de Kuvera adoptaron la forma de árboles, vivieron en Vrindavan durante mucho tiempo, y después de miles de años, Krsna nació allí. Los árboles ya eran viejos y esperaban allí lamentándose por la ofensa que habían hecho a Narada y haciendo sadhana. Cuando Krsna era pequeño solía jugar en el patio donde estaban los árboles. Cada día Nanda Maharaja y los demás habitantes regaban los árboles y les daban remanentes (los vrajabasis alimentan a los animales y a las plantas). Cuando Krsna aprendía a andar, se apoyaba en esos árboles, y muchas veces jugaba bajo su sombra. ¿Por qué con el toque de Krsna no dejaron la forma de árbol? Krsna los tocaba muchas veces con mucho amor, y eso hizo que su karma, apegos y el orgullo de ser hijos de un semidiós desaparecieran, pero aún quedaba algo en ellos: su ofensa. Por la bondad de Krsna y la asociación de los vrajabasis, todo su karma se había quemado, pero no hasta el punto de desaparecer como árboles. Pero un día Krsna intentó tirar del mortero y no pudo. Se había quedado enganchado. Krsna se volvió para ver qué era lo que Le obstruía el paso. ‘¡Eh! ¿Qué es lo que me impide pasar?’ Entonces los vio. ‘¡Oh! ¡Esos árboles!’ Y frunció el entrecejo y los miró con ira. En ese momento los árboles se abrieron y de ellos surgieron los dos hermosos semidioses. ¿Qué fue lo que quemó aquella ofensa? La ira de Krsna.
Premananda prabhu decía que la misericordia del vaisnava es así. No es siempre dulce y suave, sino que a veces puede ser muy duro. Hasta puede que golpee a alguien. ¿Para qué? Para eliminar cualquier ofensa que haya en esa persona. Y si intentamos ser discípulos debemos verlo así. A veces le he oído decir cosas muy duras como ‘¡Sal de aquí! ¡Vete de la India!’ ¿Por qué? Él ve cosas en el corazón e intenta arrancarlas. Debemos ver que nos está ayudando. Y es muy poderoso. La ira del vaisnava es puro amor.
(Alguien hace una pregunta que no se escucha bien)
Respuesta: Nosotros solos no podemos controlar nuestras mentes. El propio Arjuna dijo a Krsna: Mi mente es como un viento huracanado. Es cierto que no podemos controlarla, pero tenemos con nosotros a un guardián muy poderoso que sí puede. Gurudeva dijo: ‘Con todos vuestros esfuerzos, vuestro poder y vuestro empeño, no vais a controlar esas cosas, pero si os rendís a alguien que controla esas cosas fácilmente, os volveréis controlados.‘ Debemos intentar seguir los dos primeros versos del Upadesamrta y decir: ‘Por favor, Gurudeva, ayúdame. Protégeme. Mi mente está llena de ofensas y de críticas. Protégeme de ella. Mis deseos son demasiado fuertes y me siento incapaz de enfrentarme a ellos. Por favor, ayúdame. ‘
Ragunatha dasa Gosvami en su Manah Siksa ora así. ‘Oh, mis guardianes y protectores, los comandantes en jefe del ejército de Mahaprabhu, tenéis que venir corriendo a rescatarme. Estoy en un aprieto. ‘ Gurudeva da muchas veces el ejemplo de Saubari Risi, un yogi poderosísimo que entró en el mar para practicar su yoga durante cincuenta o sesenta mil años. Después de estar todo ese tiempo controlando sus sentidos, un día vio que dos peces se besaban y pensó: ‘Tengo que casarme’. Y salió del agua y se casó con 50 jóvenes. Todas sus austeridades no le sirvieron de nada. Por nuestros propios esfuerzos no podemos, pero a diferencia de Saubari Risi nosotros no estamos solos. Si pensamos que estamos solos, lo tenemos duro, pero si pensamos que Gurudeva está aquí, junto a mí, siempre conmigo, instruyéndome y ayudándome, entonces estamos salvados. Vaco vegam... él ha controlado todas esas cosas y el verso dice todo el mundo puede volverse discípulo suyo ¿Qué significa eso? Que puede capacitarte para que tú también las puedas controlar.