Guru-parampara (con Paramgurudev Sríla Bhaktivedanta Narayan Gosvami Maharaj)

(El presente texto es un fragmento de los apuntes de Visakha didi tomados durante los hermosos Hari-katha de Sríla Bhaktivedanta Narayan Gosvami Maharaj)


"Gurudeva me preguntó una vez: ¿Sabes lo que ocurre cuando cantas Hare Krsna? Yo respondí: No.


Debes saber que cuando vino Caitanya Mahaprabhu y distribuyó el harinama maha mantra, ese harinama nunca dejó este mundo. El mismo Hare Krsna que salía de Sus labios y emanaba de las profundidades de Su corazón se quedó aquí con toda la potencia, la belleza y el amor de Caitanya Mahaprabhu. Ese mantra fue puesto con gran cuidado bajo la tutela de nuestro guru parampara desde Rupa Gosvami, y así fue pasando de un corazón a otro. Cuando Gurudeva nos inicia, nos da ese mismo mantra que cantaba Mahaprabhu. ¿Y qué ocurre cuando cantamos? Entramos en la posibilidad de que lo que había en el corazón de Caitanya Mahaprabhu pueda entrar también en nuestro corazón. Esa posibilidad está ahí constantemente; no ocurrió solo en el momento de la iniciación. La fuerza, la esencia, la potencia trascendental del nombre de Krsna está cayendo a este mundo como un torrente.

Cuando cantamos en la etapa inicial, sin realización pero con algo de sraddha, ese canto no es el nombre puro; solo está ahí nuestro deseo por ese suddha nama. ‘Oh, Hare Krsna, ¿dónde estás? ¿Cuándo vendrás a mi corazón?’ Este canto nos conduce ante la presencia del nombre trascendental. El propósito de nuestro sadhana es llevarnos a ese lugar donde el nombre trascendental está descendiendo como una lluvia para que pueda entrar en el desierto de nuestro corazón. Gurudeva dijo que el desierto puede ser grande; nuestro corazón está sediento y pensamos que esa sed no tiene fin, pero el néctar de Hare Krsna es tan grande que con una sola gota ese desierto se llenará de flores. Es tan poderoso, que incluso si el sonido del trueno de las nubes del maha mantra se acerca a nuestro corazón, el desierto se transformará por completo. Cuando canto corro en la dirección donde está cayendo la lluvia.

Dice Gurudeva que la iniciación de los mantras, y sobre todo del maha mantra, está ocurriendo a cada instante. Es decir, que gurudeva nos está dando constantemente el maha mantra igual que nos lo dio en el momento en el que nos miró a los ojos y nos dijo: Hare Krsna, Hare Krsna... Ese momento no es lejano, sino que es una oportunidad constante. Algo está emanando constantemente del corazón de Gurudeva hacia nosotros. El discípulo está constantemente escuchando esa iniciación de su gurudeva. Canta sabiendo que ‘ese maha mantra es el mismo que me dio gurudeva en el momento de la iniciación; con toda su intención y sus esperanzas para mí’.

El maha mantra desciende desde Caitanya Mahaprabhu y pasa por todo el guru parampara, y al hacerlo se carga con la misericordia de todos ellos.

Gurudeva: Cuando cantamos debemos tener algo muy presente. Debemos pensar, ‘¿qué está haciendo ahora mi gurudeva?’ Y cerrando los ojos, debemos correr ante su presencia. Él ha dicho: no intentes cantar este mantra solo. Corre a cantarlo con Gurudeva. Eso atrapará tu mente. Ves que gurudeva está sentado en el suelo y que Tulasi está junto a él. Él cierra los ojos y comienza14a cantar, y lo primero que hace es correr a los pies de su gurudeva. Y su gurudeva está cantando y también ha corrido hacia Srila Bhaktisiddhanta Sarasvati, y este, con los ojos llenos de lágrimas, ha corrido también a los pies de Srila Bhaktivinoda Thakura. Y si cuando nosotros cantamos corremos hacia nuestro Gurudeva, entraremos también en esa corriente. Así es como nos conectamos con el guru parampara. El maha mantra nos da esa conexión profunda e inmediata. No importa si ellos están en este planeta o han dejado el cuerpo; harinama es más poderoso que el tiempo y el espacio, y no sabe de millas ni de años.

Gurudeva: Cuando te despiertes muy temprano, piensa: ‘Mi gurudeva está abriendo los ojos porque ha llegado un recuerdo a su corazón. ¿Qué recuerdo? Su gurudeva abriendo los ojos. Y en cuanto ellos abren los ojos, brota el Hare Krsna. Todos nuestros guardianes recuerdan a sus guardianes, y ese pensamiento los lleva hasta los pies de loto de Caitanya Mahaprabhu. Caitanya Mahaprabhu también está abriendo los ojos. Algo Le está haciendo despertar: en ese momento, Srimati Radhika y Su amado Syamasundara están abriendo Sus ojos. Amance y comienza Su nisanta lila. Se despiertan y lloran. Y al ver esto, Caitanya Mahaprabhu comienza: Hare Krsna, Hare Krsna... y ese éxtasis empieza a correr como la electricidad por toda la línea del guru parampara. Todo lo que hay en Su corazón desciende por todo el guru parampara hasta nuestro gurudeva. Y si nosotros hemos corrido allí por medio de ese mismo mantra, esa belleza puede entrar también en nuestro corazón.

Gurudeva: Si cantas Hare Ksna y no hay sentimientos en tu corazón, ¿qué debes hacer? Debes recordar enseguida los pies de loto de tu gurudeva y pedirle: ‘Oh, gurudeva, cuando tú cantas Hare Krsna y las lágrimas fluyen a tus ojos y tu boca empieza a temblar, ¿en qué estás pensando? ¿Qué sientes? Oh, gurudeva, abre tu corazón a este discípulo y revélale esos sentimientos. Que una gota de esa dulzura pueda entrar en mi corazón de modo que pueda también florecer y derretirse’. El maha mantra es tan poderoso, que si lo cantamos con estos sentimientos, con sambanda hacia Gurudeva, lo que él experimenta entrará en nuestro corazón. Sambanda significa estar ligado o atado por un fuerte sentimiento de relación. Por eso antes de cantar lo primero que debemos hacer es correr ante su presencia con nuestra mente y nuestro corazón.

Unos devotos preguntaron a Gurudeva cómo debían cantar en Occidente. En Vrindavan el canto es fácil, le dijeron, pero en Occidente todo es doblemente costoso: levantarse, cantar... y el canto es muy árido. Gurudeva respondió: Es cierto, y por eso no debéis cantar en vuestro país. Cantad siempre en Vrindavan. ¿Cómo? En cuando toquéis el mala vuestra mente debe volar hacia Vrindavan. Este mala es Tulasi, Vrinda devi, y no es diferente de Vrindavan. Cuando os doy esta bolsa de Tulasi os estoy dando un lugar en Vrindavan, vuestro propio kunja, vuestro bhajana kutir junto a Govardana y con el Yamuna fluyendo muy cerca. La atmósfera es pacífica y todo es muy hermoso. No hay ruido de tráfico; lo único que se escucha es el canto de los pájaros y, a lo lejos, un sonido como de campanas, como si un dulce pastorcillo estuviera llevando sus vacas a pastar... Cuando cantes, corre a ese lugar. No cantes donde están los obstáculos. Ve donde todo es favorable. Yo te he dado ese lugar; ahora es tuyo, y no solo en esta vida, sino para siempre.

Si incorporamos esta idea en el canto, muy pronto notaremos una gran diferencia. La mente y los sentidos quedan fascinados por ese lugar; tu lugar. En el momento de la15iniciación él nos da sambanda con Vrindavan. En cuanto tocas el mala te conectas con una corriente; es como la electricidad. Gurudeva dice que en una partícula de polvo que toque a Tulasi están todos los lilas, el Radha Kunda, Giriraja Govardan, Seva Kunja, Bamsi Vata, todos los asociados de Krsna y los propios Srimati Radhika y Krsna. Nuestro ser está hecho de la misma sustancia mística de Vraja Vrindavan, de modo que no es algo ajeno a nosotros. Solo tenemos que hacer la conexión.

Cuando Gurudeva acepta a un discípulo, no solo lo acepta en ese momento, sino que lo cuida constantemente; está siempre trabajando en la vida de ese discípulo. Comprederemos esto cuando podamos estar el resto de nuestra vida tan atentos como en el momento de nuestra iniciación. La iniciación no termina nunca; somos nosotros los que hemos dejado de prestar atención. Cuando comprendamos que Gurudeva nos está dando constantemente este mantra y manteniéndonos en su corazón, nuestro canto será muy profundo y estará lleno de potencia. No debemos depender de nuestra fuerza, sino de la suya.

Cuando cantas con el mala estás haciendo parikrama de Vrindavan. ¿Qué significa parikrama? ¿Para qué dar vueltas una y otra vez? Cuando damos vueltas alrededor de Tulasi cantando los nombres de los lugares de Vrindavan –Jaya Radhe, jaya Krsna, jaya Vrindavan...- estamos haciendo parikrama de esos lugares y de ese modo estamos estrechando nuestro sambanda o relación con ellos y con Tulasi devi, la persona que puede hacer que entremos en ellos. Cuando damos vueltas así, nos atamos a Vrindavan como si lleváramos una cuerda. Cuando hacemos parikrama no estamos solos, sino que todo el guru parampara está con nosotros. Nosotros solo seguimos detrás de ellos orando y llorando: ‘Oh, gurudeva, yo quiero servir a Radha y Krsna; dame una gota del modo en que tú lo haces’. Bhaktivinoda Thakura dice ‘krsna se tomara... - tú tienes a Krsna, a Srimati Radhika y Su servicio, y además tienes el poder de dármelo. Yo no estoy cualificado. Soy un mendigo. Oh, gurudeva, parama gurudeva y todo el guru parampara, estoy corriendo detrás de vosotros suplicando que me deis una oportunidad.’ Cuando ellos ven nuestros intentos, ven a un mendigo que no tiene más que una cualificación: dai tava pache pache, estoy corriendo detrás de ti. Ellos no van a ver a alquien que ya ha conquistado sus sentidos y está sirviendo a Radha y Krsna, sino a un mendigo. Y entonces sus corazones se derriten. Sadhana significa que nos situamos en la corriente de la misericordia de nuestro guru parampara en la que fluye el maha mantra hermoso, puro, trascendental y lleno de fuerza. Yo no estoy cualificado, pero ‘oh, Krsna, dame este Krsna nama. Por favor, Gurudeva, haz tú que entre en mi corazón.’ Orando de este modo podremos entrar en Vrindavan.

Cuando introducimos la mano en la bolsa de japa estamos corriendo ante la presencia de Gurudeva. E igual que cuando entramos en un lugar sagrado dejamos los zapatos o las cosas impuras fuera, dejamos el dedo índice fuera de la bolsa. Ese dedo representa nuestro orgullo, nuestro ego, el deseo de controlar o bhava purusa (yo soy el disfrutador). El propio Krsna tiene dificultades a veces para entrar en el kunja de Srimati Radhika y tiene que dejar ese bhava fuera.

Antes de empezar el canto hemos de dejar esto atrás y también nuestros anarthas y aparadhas. Hay que entrar en la bolsa del japa con gran respeto y comprendiendo que ‘mi Gurudeva me está dando la oportunidad de entrar en Vrindavana’. Podemos decir: ‘No os16preocupéis, anarthas y deseos materiales, enseguida volveré con vosotros.’ Si pensamos que tenemos que renunciar para siempre a la idea de la felicidad en este mundo material, la mente y los sentidos nos agarrarán por el cuello: ‘Ni se te ocurra dejarnos atrás’. Pero podemos engañarlos y decirles que esperen, igual que hizo Haridasa Thakura con la prostituta. De ese modo los deseos materiales se pacificarán, y muy pronto cambiarán su tendencia y se dirigirán hacia Krsna. Hare Krsna puede hacer eso porque no es solo el movimiento de nuestra lengua y nuestro corazón, sino que viene de los corazones de nuestro guru parampara; desciende de Caitanya Mahaprabhu.

Gurudeva ha dicho: yo te cualifico para que el amor, Bhakti devi, entre en tu corazón. ¿Cómo es posible? Mi corazón es tan horrible; está lleno de la peor suciedad: lujuria, ira, codicia, deseos egoístas... ¿cómo puedes usar este corazón e invitar a Bhakti devi a que entre en él? Gurudeva ha asegurado: ‘No te preocupes; tu Gurudeva es más poderoso de lo que crees, y aunque tú no te des cuenta, él ha entrado en tu corazón y está preparando allí un lugar para Radha y Krsna.’ Aunque lo deseemos realmente, nosotros no podemos destruir esa lujuria, ira y codicia. En el pasado hubo muchos yogis que intentaron eliminar los deseos de su corazón practicando numerosas austeridades, pero aunque algunos estuvieron hasta diez mil años, la historia nos dice que podía ocurrir algo, como ver cómo dos peces se besaban, para que salieran de su profunda meditación. Nosotros solos no podemos. ¿Quién tiene el poder de controlar nuestros deseos materiales y eliminarlos para siempre? Solo alguien cuyo corazón está lleno de amor y afecto trascendentales y puede transformar esos deseos materiales en algo muy hermoso, dulce, eterno y trascendental.

Gurudeva dijo: ‘En el momento de la iniciación, yo me expando y entro en el corazón de mis discípulos’. A medida que sigamos sus instrucciones comprenderemos que se ha entregado a nosotros. ¿Por qué entró en ese lugar tan oscuro y miserable? ¿Está esperando a que yo me cualifique? No; él sabe que tendría que esperar eternamente. Está cualificándome para que Bhakti devi pueda entrar arrancando de raíz mis anarthas y deseos materiales. A cambio de ello solo nos pide que no sembremos nuevas malas hierbas.

Oh, Gurudeva, coloca por favor tus pies en mi corazón. No me abandones jamás y haz que los deseos que hay en tu corazón sean también mis deseos."

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